Control by Anton Corbijn
"I Hold My Hands Up, I am a Believer In Joy Division, Hallelujah!"
Con demasiados meses de retraso un servidor pudo ver una de las películas que más ha estado esperando durante los últimos meses (y no gracias a las salas de cine de nuestro país), Control, el film de Anton Corbijn sobre Joy Division.
Hay que reconocer que, una vez se ha visto el trailer oficial de la película (con el impresionante comienzo de una "She´s Lost Control" remasterizada), poco puede hacer un buen aficionado a la música para resistirse a verla. Pero el cebo muchas veces puede resultar engañoso.
Sin embargo "Control" no defrauda en absoluto, es más, aunque para algunos la siguiente afirmación pueda ser una osadía, estamos hablando probablemente una de las mejores películas (porque de documental tiene poco) de género musical que se ha hecho nunca.
Se podría pensar que el reconocido creador de videos Anton Corbijn (como "Personal Jesus" o el más reciente "Talk" entre tantos) podría hacer una especie de largo videoclip con actuaciones de la banda sin entrar en más profundidad que esta, pero nada más lejos de la realidad. Corbijn demuestra un trabajo de documentación extraordinario que va más allá de lo meramente musical (aunque solo hay que darse un paseo por Youtube para apreciar el rigor de Corbijn) y consigue acercarse a lo más profundo de la atormentada mente de Ian Curtis (haciendo caso omiso a, "Touching From A Distance", la biografía de Debbie Curtis sobre el que fué su marido).
En las poco más de dos horas de largometraje, y con una digestión muy ligera, desmenuza la corta vida de Curtis (23 años) y de la banda, su joven matrimonio y paternidad, su relación con la "groupie" Annik, los comienzos y el fulgurante éxito de Joy Division, la enfermedad de Curtis, ...
Más que destacable es tambien el excelente casting que se ve acompañado por el estupendo trabajo del poco conocido reparto, como Craig Parkinson (Tony Wilson), Samantha Morton (Debbie) o Toby Kebbell (Rob Gretton) pero en el que destaca sobre manera el papel de Sam Riley que ciertamente podría pasar por la reencarnación del propio Curtis (y del que injustamente nadie se acordó en la pantomima de los Oscars en la que si que hubo lugar para la doble de Edith Piaf).
Por lo que respecta a la parte musical (de la que quizá podamos hablar con mayor conocimiento de causa), durante la proyección podemos disfrutar tanto de extractos de actuaciones míticas de la banda tocando temas como "Transmission", "She´s Lost Control", "Shadowplay" o un ensayo de "Love Will Tear Us Appart" entre otros, de la recopilación de esenciales de la época que es la banda sonora y entre los que destacan el Sr. Bowie (del que Curtis era un auténtico fanático), Iggy Pop (¿quien no conoce la leyenda de "The Idiot"?), Sex Pistols, The Velvet Underground o The Buzzcocks, que acompañan con acierto cada momento de la película. La edición en cd también incluye versiones de New Order (la evolución del resto de componentes de Joy Division).
En resumen, podemos afirmar que nos encontramos ante una tremenda película (mucho mejor que la mayoría de las premiadas por Hollywood) que tanto el melómano como todo aquel cinéfilo no deberían perderse y que si ha sido aclamada por la crítica especializada y en festivales como Cannes o los mismos premios Bafta.
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